sábado, 9 de mayo de 2009

CARLOS MUGICA "cura villero"



"Meditación en la Villa" de Carlos Mugica

Señor perdóname por haberme acostumbrado
a ver los chicos , que parecen tener ocho
y tienen trece.

Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a chapotear por el barro:
yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por no haberme aprendido a soportar el olor de las aguas servidas,
de las que puedo prescindir y ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme
de que ellos no pueden hacerlo.Señor, yo puedo hacer huelga de hambre
y ellos no; porque nadie hace huelga con su hambre.
Señor, perdóname por decirles“no solo de pan vive el hombre”y
no luchar con todo para que ellos rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí.
Ayúdame.Señor, sueño con morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz.Ayúdame.


Nacido en Bs As en 1930 dentro de una familia de clase alta y numerosa, egresado del Colegio Nacional Bs As y a poco de iniciar la carrera de Derecho en la UBA, viajó a Europa con varios amigos y sacerdotes y fue allí cuando comenzó a madurar su vocación religiosa que definiría a los 21 años. Desde entonces se sintió atraído por el Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, por el accionar del Che Guevara, por Camilo Torres, por Mao Tse Tung en China y por el Peronismo de izquierda (Montoneros).Ya conocía de este movimiento a Gustavo Ramus, Fernando Abal Medina y Mario Firmenich con quienes había participado en 1966 en una misión rural en Santa Fe.
Pero a comienzos de la década del 70, por mantener profundas diferencias con las acciones violentas de la guerilla armada, se distanció de ellos y expresó públicamente: “Como dice la Biblia, hay que dejar las armas para empuñar los arados”. Sin embargo, esta relación le sirvió para tomar el camino de la lucha y del compromiso social con los sectores más humildes de la sociedad. Habiendo conocido personalmente por esos tiempos a Juan Domingo Perón durante su exilio en España, a su regreso decidió colaborar y luego militar en el “Equipo Intervillas”, ejerciendo su vocación religiosa en la Parroquia Cristo Obrero en la villa 31 de Retiro. A la par, desde la Cátedra de Teología en la Universidad de El Salvador y en las facultades de Ciencias Económicas y Derecho, pudo expresar sus claras ideas a favor de los más desposeídos. Sus homilías, como las de todos los sacerdotes tercermundistas, eran grabadas por los servicios de inteligencia de los militares, pese a lo cual no renunció a su comprometido sacerdocio.
Su último cargo público fue como asesor del Ministerio de Bienestar Social del gobierno de Héctor Cámpora en 1973, al que renunció por discrepancias con el ministro José López Rega. A partir de ese momento, comenzó a circular entre sus colaboradores que la Triple A que respondía a López Rega, lo mandaría matar, incrementándose las amenazas de muerte. Finalmente, el 11 de mayo de 1974, luego de cumplir con una de sus habituales misas en la Iglesia de San Francisco Solano en el barrio de Villa Luro, una persona, reconocida luego como integrante de la Triple A, le disparó a quemarropa, muriendo posteriormente en el Hospital Salaberry.
Sus restos descansan hoy en la parroquia de la villa 31 de Retiro, donde el “cura obrero” habita en el corazón y en el territorio que eligió para vivir y predicar.