sábado, 15 de agosto de 2009

Lo que se viene en Salud Mental





Parecía que la designación para la jefatura de la futura Policía Metropolitana de un policía involucrado en delitos no esclarecidos y por ello resistido por gran parte de la ciudadanía porteña, era la última arremetida del jefe de Gobierno de la CABA. Pero no, los nombramientos de personal cuestionado y el desplazamiento de otros reconocidos por su honestidad e idoneidad, continúan, ahora en el área de la Salud Mental.
A las denuncias que desde el año pasado vienen realizando trabajadores de los Hospitales Borda, Moyano y Tobar García, de los talleres protegidos y del hospital Alvear, por querer desmantelar sus servicios para realizar emprendimientos inmobiliarios para nada vinculados a la problemática de la salud pública y emplazar un Centro Cívico en el barrio de Barracas, el gobierno de la ciudad de Bs As suma ahora nuevas sorpresas en designaciones. A saber:
1) Gregorio Alcaín, nuevo Director de Salud Mental, entró como médico clínico suplente al Hospital Moyano en la era Marchant y con un curso de psiquiatría en el mismo, sin terminar, quedó efectivo, acumulando con los años varias denuncias por abusos y maltratos de pacientes.
2) El Gobierno de la ciudad decidió hace unos días, remover de sus cargos a los directores de los hospitales Moyano, Tobar García y Centro de Salud Mental Arturo Ameghino, para sorpresa de ellos y del resto del personal.
¿Castigo por haber apoyado la implementación definitiva de la ley 448 de Salud Mental de la Ciudad y acompañar las protestas gremiales? ¿Acaso el fantasma del ex Director Néstor Marchant, por más de 20 años en su cargo, acusado de autoritarismo e infinidad de otras anomalías (red de prostitución entre otras) y relevado en el 2005 por el entonces Ministro de salud de la Ciudad, se cierne sobre el futuro de estos nosocomios?
3) Las probables designaciones como nuevos directores de profesionales médicos involucrados en causas judiciales no hace mucho tiempo, significaría volver a una etapa que se creía superada y mejorada. Pero al parecer, en la Ciudad de Bs As, se prefiere la eficacia gerencial que la calidad del servicio y de sus recursos humanos. Porque al fin y al cabo, ¿a quiénes pueden interesarles invertir en los “locos”?