martes, 1 de mayo de 2012

SALUD MENTAL EN CRISIS El Borda, más de un año sin gas

Por Clarisa Ercolano Usado casi de plataforma de campaña, el hospital Borda se convirtió en un lugar de visita para todos los candidatos y políticos opositores, tanto de la Ciudad como a escala nacional en plena contienda electoral de 2011. El hospital público de salud mental se quedó sin gas hace algo más de un año y era una buena postal para mostrar el abandono y la desidia en los que viven los internos y también los profesionales que trabajan intramuros. Sin embargo, las elecciones pasaron y desde ese corte, nada mejoró en el nosocomio de Barracas, que sufrió un incendio que dejó a un interno muerto como saldo, la demolición de su taller de pan artesanal y el robo a su FM, La Colifata. Todo eso para que luego de doce meses, la situación siga igual o peor. Noticias Urbanas constató que, a más de un año de una recorrida realizada por este medio, el gas sigue ausente en la gran mayoría del nosocomio, aproximadamente en un 70 por ciento y que, lógicamente, esa falta, se evidencia nuevamente ahora, que la temperatura comenzó a descender. Las soluciones son casi una suerte de paliativo, ya que son en su mayoría generadores eléctricos de calor y están lejos de aportar el nivel de calorías que se obtienen de la combustión del gas. En el Borda hay 600 pacientes internados y 3.000 que circulan por consultorios externos. El hospital se encuentra en estado de emergencia. La organización Trabajadores Autoconvocados del Hospital Borda no duda y denuncia ante este medio que es “inminente” el inicio de las obras por parte del Gobierno de la Ciudad para construir un Centro Cívico en esos terrenos, un proyecto con el que Macri ya amagó varias veces. “Frente a una política progresiva de vaciamiento hospitalario (recorte de designaciones, reducción de camas de internación, cierre de servicios y externaciones compulsivas) profundizada en los últimos años por la gestión del gobierno de Macri, el anuncio del futuro Centro Cívico oficializado en el mes de febrero de este año, se traducirá en el lapso de los próximos cuatro años en una primera etapa de achicamiento y, posteriormente, en un inminente cierre del hospital”, señala a NU Hernán Scorofitz, de la agrupación autoconvocada. Si bien la demolición del taller de panificación, que permitía a los internos una suerte de laborterapia además de la posibilidad de generarse ingresos, trascendió largamente, Scorofitz señala que en los últimos meses se ha procedido a la demolición de otros sectores estratégicos. “Esto afecta de manera directa las condiciones de atención sanitaria, tanto para los pacientes internos como así también para quienes periódicamente reciben tratamiento ambulatorio”. “Ahora también hay deficiencias con el servicio de agua y también el de electricidad, que está saturado por las soluciones paliativas que generan calor eléctrico. Lo cierto es que los anafes, termotanques eléctricos y estufas eléctricas no pueden suplir las necesidades de un 70 por ciento del hospital sin gas”, señala Scorofiz y describe: “Para que se den una idea, el pabellón central, que es inmenso, no tiene gas. Las reconexiones llegan al 30 por ciento, como máximo”. Desde la agrupación autoconvocada subrayan que los lugares sin reconexión son los que están en vista de ser demolidos para el emplazamiento a futuro de lo que será el Centro Cívico porteño. Y aseguran que entre el gobierno de Macri y Metrogas “se tiran la pelota” pero que “ninguno de los dos hizo nada para que el gas pueda ser reconectado”. Cabe recordar que el corte fue realizado por motivos de seguridad hace poco más de un año. Más allá de que el sufrimiento del frío es evidente, el representante de los autoconvocados confirmó que además de afectar psíquicamente por el estado de abandono, la falta de calefacción agrava cuadros de salud muy comunes en pacientes psiquiátricos (la mayoría fumadores). “Los cuadros de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y las deficiencias respiratorias se agravan notablemente por el frío”, dice. Con este ritmo de desidia, los números hablan por sí solos. El proceso de abandono del Borda no es nuevo. Noticias Urbanas pudo saber que hace diez años había 3.500 pacientes y actualmente hay 600. “Las externaciones son compulsivas, es una política de vaciar todo”, asegura Scorofitz. Además, confirma que ya se acercaron propuestas de jubilaciones anticipadas a empleados del nosocomio. LA DESTRUCCIÓN QUE NO CESA “Sin previo aviso entraron topadoras y tiraron El Pan del Borda, el nuevo espacio prometido nunca llegó y ese lugar de laborterapia ya no existe”, recuerda el delegado. Actualmente, la falta de gas llevó a tercerizar el servicio de cocina y de lavandería. En el Pan del Borda ya no se amasa. Algo similar ocurrió con la emblemática radio La Colifata, que en menos de un mes sufrió el robo de dos computadoras, archivos y, finalmente, equipos de trasmisión, pese a que el hospital cuenta con un servicio de seguridad privada. Para Scorofitz el plan está claro: la idea es destruir todo, paulatinamente. “Los gremios son cómplices”, acusa. Y afirma que “hace meses que los gremios se reúnen con (María Eugenia) Vidal en secreto para pautar un cierre progresivo del hospital. Todo se disfraza con un canje de tierras que dan a la calle Brandsen por arreglos en el pabellón central”. Respecto a la radio, reconocida internacionalmente, Scorofitz señala que “siempre fue un escollo para la corporación médica y hasta se le cortó la pauta publicitaria del Gobierno de la Ciudad”. Más allá de las responsabilidades del oficialismo, el año pasado muchos políticos desfilaron por el Borda, cuando explotó en los medios el tema del gas. Sin embargo, los trabajadores confirmaron que a excepción de la legisladora María Elena Naddeo, ninguno de los que fue para la foto, volvió. “Lo obvio es el macrismo, pero los kirchneristas que, como Juan Cabandié o María José Lubertino, venían de la mano de Filmus a indignarse, hoy brillan por su ausencia”. Los trabajadores critican que ni siquiera hayan elevado un pedido de informes: “El 4 de febrero Macri lanzó la licitación del Centro Cívico y ningún opositor denunció nada, del mismo modo en que el Ministerio de Salud nacional tampoco hace nada pudiendo intervenir”, apunta Scorofitz. “Hay una sentencia que obliga al jefe de Gobierno a realizar todos los arreglos necesarios. Macri está incumpliendo una orden de la Cámara”, explica en el mismo sentido el doctor Gabriel Cavia, de la Asociación de Profesionales del Hospital, y señala que “falta un interlocutor válido en Salud Mental, porque el ministro es mudo, no habla, y lo mejor que hace es poner todo en manos de empresarios del sector privado, que no tienen la misma idea de cómo debe funcionar un hospital público”. “Queremos un hospital en condiciones de habitabilidad, queremos gas, queremos que la red eléctrica no se corte a cada rato, queremos que los termotanques funcionen, que las pantallas a electricidad calienten, queremos agua caliente, que los internos no pasen el frío del año pasado, queremos que coman caliente, que coman nutritivamente”, resumen, en tanto, desde la Asociación de Profesionales. Mientras tanto, 600 pacientes siguen esperando. LA VERSIÓN OFICIAL “No vamos a cerrar el Borda”. Contundentemente, el Jefe de Gabinete porteño Horacio Rodriguez Larreta, salió al cruce de las versiones que acusan al oficialismo porteño de querer bajar la persiana del hospital porteño. Larreta, señaló la “politización” del tema y desmintió que falte gas hace un año. “El año pasado hubo un accidente con un camión que rompió un caño. A partir de ese accidente, en junio Metrogas decidió clausurar todas las cañerías del Hospital; hubo que renovar todas las cañerías pero ya hay gas en la mayoría de los pabellones”, aseguró Larreta quien acusó a la oposición de “utilizar el tema políticamente”. El funcionario porteño, sin embargo, sí admitió que trasladarán oficinas gubernamentales a una parte del terreno. “En un costado del Borda, en un terreno no ocupado, donde no hay que mover a ningún paciente, vamos a mudar las oficinas administrativas del Gobierno de la Ciudad al sur. Incluye la de Macri y la mía también. Vamos a mudar todo ahí”, finalizó.