Todos los argentinos adultos sabemos qué es un golpe de estado. Hemos padecido varios en el siglo pasado y decimos que NUNCA MAS habrá otro, pero a la luz de la situación actual que estamos viviendo y luego de releer un escrito enviado por su autor, un respetado docente universitario que reside en Neuquén, intentaré seguir su línea de pensamiento como la de la investigadora STELLA CALLONI, para hablar de una nueva forma de golpe de estado, llamado “suave” o blando”, que define como un cambio de régimen sostenido en una aparente "no-violencia" y que organizado desde hace unas décadas por los EEUU, fue utilizado para instalar gobiernos subordinados tanto en Latinoamérica como en el Cáucaso y Asia. Stella Calloni lo define así: “Golpe suave o blando” es el nuevo nombre que se utiliza en Estados Unidos, en la jerga del lenguaje de la Guerra de Baja Intensidad, para mencionar las acciones desestabilizadoras utilizadas por el poder económico, con apoyo extranjero, y de los viejos elementos de las dictaduras militares y policiales. Ya no resulta imprescindible sacar las Fuerzas Armadas a la calle porque se van minando lentamente las bases de un gobierno más popular y menos dependiente de Washington, cuando ya han logrado controlar la absoluta mayoría de los medios de comunicación”.
Todo comenzó con la creación de una serie de "fundaciones" cuasi-privadas a través de las cuales el poder central las financia y éstas a su vez asesoran a partidos políticos y organizaciones sociales, generalmente con una agenda y una misión programada. Una de ellas es, por ejemplo, el Albert Einstein Institution creado en 1983 por el politólogo norteamericano Gene Sharp. Este instituto se presenta como un lugar de formación en las técnicas de "lucha no violenta", y aunque utilizan como símbolos los grandes luchadores pacifistas, como Ghandi y Martin Luther King, su misión verdadera es elaborar y enseñar teorías y estrategias para derrocar gobiernos con tendencia comunista o socialista. Sus talleres de formación han sido empleados por diferentes movimientos anti-comunistas y anti-socialistas en países de la antigua Unión Soviética, como en Taiwán, Chile, Indonesia y Venezuela, para nombrar algunos.
Aquí un ejemplo de este accionar: cuando el golpe de Estado fomentado por la CIA fracasa en Venezuela, en abril de 2002, el Departamento de Estado recurre al Albert Einstein Intitution. Este aconseja a los dueños de empresas durante la organización del referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez. Siguiendo una técnica que ya se ha hecho clásica, estos empresarios lanzan acusaciones de fraude electoral y exigen la salida del presidente. Logran sacar a la calle a la burguesía de Caracas, pero el apoyo popular al gobierno de Chávez es demasiado fuerte para permitir que sea derrocado. En definitiva, los observadores internacionales no pueden hacer otra cosa que reconocer la legalidad de la victoria de Hugo Chávez.
También en Bolivia siempre existe el riesgo de un golpe de Estado “suave" contra el proceso de transformación que en democracia lidera el presidente Evo Morales y que en ese país se lo llamó “revolución de colores”, donde lo que se intentó es derrocar al gobierno para tomar sus recursos naturales y estratégicos (gas, petróleo, gaseoductos, oleoductos, bases militares, fronteras estratégicas). Otro caso: la situación planteada en Honduras a mediados del año pasado al ser derrocado su presidente constitucional y las vacilaciones de la OEA y de EEUU para finalmente legitimar al gobierno golpista, el apoyo al gobierno de Álvaro Uribe en Colombia y la instalación de bases militares en las fronteras son más que muestras de este accionar inescrupuloso Pero tal vez , la mayor colaboración de esta nueva modalidad golpista, sea el papel que juegan los medios de comunicación privados y corporativos que se encargan de reproducir y amplificar en detalle los gritos de la oposición y de callar las medidas y los reclamos del oficialismo.
¿No está ocurriendo ésto en la Argentina? Más allá de las debilidades, vacilaciones y errores de los 2 gobiernos kirchneristas, los monopolios massmediáticos tienen buenas razones para organizar una conspiración orgánica y articulada para deslegitimarlo, colaborando con los impulsos de la heterogénea oposición política y provocar una desestabilización institucional a través de climas construidos con el manejo de la información elegida.
Según quien me inspiró esta columna, “es más que obvio que después de que George Bush se olvidara del “patio trasero” para asesinar a 1.000 millones de terroristas musulmanes, la nueva “dama de hierro, Hilary Clinton, ha reavivado la participación oficial estadounidense en América Latina. En definitiva, el golpe de Estado “suave" acecha a toda Latinoamérica.”
Para terminar y siguiendo al politólogo Sharp; un golpe de estado “suave” puede desarrollarse por etapas jerarquizadas o simultáneamente, empezando por el ablandamiento de la opinión pública a través de denuncias de corrupción, desabastecimiento, manipulación del dólar, campañas publicitarias en defensa de la libertad de prensa y libertades públicas, acusaciones de totalitarismo y pensamiento único a las que luego le seguirán marchas callejeras y tomas de instituciones emblemáticas, campaña de rumores entre las fuerzas militares y los organismos de seguridad.
¿No les parece que muchos de estos componentes están sucediendo últimamente en la Argentina? Y no por pura casualidad
Según quien me inspiró esta columna, “es más que obvio que después de que George Bush se olvidara del “patio trasero” para asesinar a 1.000 millones de terroristas musulmanes, la nueva “dama de hierro, Hilary Clinton, ha reavivado la participación oficial estadounidense en América Latina. En definitiva, el golpe de Estado “suave" acecha a toda Latinoamérica.”
Para terminar y siguiendo al politólogo Sharp; un golpe de estado “suave” puede desarrollarse por etapas jerarquizadas o simultáneamente, empezando por el ablandamiento de la opinión pública a través de denuncias de corrupción, desabastecimiento, manipulación del dólar, campañas publicitarias en defensa de la libertad de prensa y libertades públicas, acusaciones de totalitarismo y pensamiento único a las que luego le seguirán marchas callejeras y tomas de instituciones emblemáticas, campaña de rumores entre las fuerzas militares y los organismos de seguridad.
¿No les parece que muchos de estos componentes están sucediendo últimamente en la Argentina? Y no por pura casualidad