La Mansión Seré/ Quinta de Seré / Atila fue un centro clandestino de detención que funcionó durante el período de la última dictadura militar 1976-1983. Remontándonos a su historia: era una casa antigua ubicada en la calle Blas Parera en el límite entre las localidades de Castelar e Ituzaingó del partido de Morón en la provincia de Buenos AIres. Originalmente, los descendientes de su primer propietario, un inmigrante vasco francés, construyeron a principios del siglo XX dentro de las 56 hectáreas de campo, un palacete que sobresalía y distinguía dentro del paisaje rural que la rodeaba, loteándose con el tiempo las tierras circundantes para construir un nuevo barrio. Vendida luego al Municipio de Bs As durante la 1ª presidencia de Perón, fue abandonada por casi 2 décadas hasta que durante la presidencia de facto de Juan Carlos Onganía en 1966, el lugar fue habilitado como Casino de Oficiales de la VII Brigada Aérea de Morón, iniciándose así la presencia militar en la zona. Tras el golpe de 1976, entre 1977 y 1978, el lugar funcionó como centro clandestino de detención bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea con asistencia de la Policía Bonaerense de Castelar. En la jerga de los represores era conocido como "Atila" o "La Mansión".
La Mansión adquiere más notoriedad cuando hace pocos años en la película “Crónica de una fuga” del director Adrián Caetano, se recrea una fuga de 4 de los prisioneros allí alojados: el 24 de marzo de 1978, en coincidencia con el segundo aniversario del golpe militar, Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano, Guillermo Fernández y Carlos García lograron evadirse descolgándose desnudos y esposados desde una ventana del tercer piso. Con ella comenzó el fin para este centro clandestino de detención que luego fue incendiado por los militares y sus prisioneros enviados a otras unidades penales. En 1985, ya en democracia, la intendencia de Morón a cargo de Néstor García Silva recibió de la Municipalidad de Bs As el comodato del predio para que fuera destinado a levantar un centro deportivo y recreativo, demoliendo los restos de la Mansión. Según los impulsores del proyecto se buscaba con esto "crear vida donde existió muerte".
Pero fue a instancias del intendente Martín Sabatella que se creó la Casa de la Memoria y la Vida y el Museo de la Memoria en un nuevo espacio que había construido el ex intendente Rousselot para realizar reuniones privadas a metros de la demolida Mansión Seré y que luego se recuperó e inauguró el 1° de julio del 2000. En él se pueden encontrar hoy videos, películas y documentales sobre la represión y hacer visitas guiadas para las escuelas. En el primer piso han sido expuestas muestras de las Madres de Plaza de Mayo y Abuelas, fotos de los hijos sobre las paredes, mezcladas con frases y con fragmentos de canciones, todo organizado por la Dirección de Derechos Humanos del Municipio. Además en el primer piso cuelga desde una ventana una colcha anudada que reproduce el acto de la fuga También el proyecto arqueológico y antropológico de investigación a través de trabajos de excavación ha buscado desde entonces, recuperar las estructuras del edificio originario y recabar información acerca de los usos de la casona en la que funcionó el centro clandestino de detención y torturas.
Hoy a 10 años de su definitiva recuperación, el lugar se ha convertido en otro espacio de rescate de la memoria, de acción para modificar el presente y de proyección para construir un futuro distinto.