domingo, 20 de noviembre de 2011

VUELTA DE OBLIGADO



“¡Valientes soldados federales, defensores denodados de la Independencia de la República y de la América!; ahí vienen nuestros enemigos, sostenidos por los codiciosos marinos de Francia e Inglaterra, navegando las aguas del gran Paraná, sobre cuyas costas estamos para privar su navegación bajo de otra bandera que no sea la Nacional... ¡Vedlos camaradas, allí los tenéis!... Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos. ¡Pero se engañan esos miserables: aquí no lo serán! ¿No es verdad camaradas? ¡Vamos a probarlo! Tremole en el río Paraná y en sus costas el pabellón azul y blanco, y muramos todos antes de verlo bajar de donde flamea.” (arenga de Lucio Mansilla)



Consagrado feriado nacional por decreto presidencial del 2010 y trasladable al 4ª lunes del mes de noviembre, el 20 de noviembre de 1845, en la batalla de Vuelta de Obligado, algo más de un millar de argentinos con profundo amor por su patria enfrentó a la armada más poderosa del mundo -la anglofrancesa-, en una gesta histórica que permitió consolidar definitivamente nuestra soberanía nacional sobre los rìos del litoral argentino.

A pedido del historiador José María Rosa y por medio de la Ley Nº 20.770, fue instaurado ese dìa como Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de esta batalla y por las condiciones en que esta se dio; el rìo Paranà cruzado por botes y cadenas a todo lo ancho y la valentía de los argentinos que participaron en ella para impedir el avance de las tropas colonialistas.
Gobernaba Rosas, San Martín lo apoyaba desde su exilio y en todo el país se oyó el deseo de seguir siendo una nación libre y no una colonia extranjera, aun a costa del enorme sacrificio que ello significaría.
 Las fuerzas enemigas superaban ampliamente, en número y en modernidad de su armamento, a las argentinas, que tras 7 horas de lucha fueron desplazadas. Sin embargo, aunque pudo franquear el paso hacia el Paraná, el enemigo no pudo ocupar las costas (de vital necesidad estratégica), por lo cual su victoria no fue completa. En cambio, se vigorizó el espíritu nacional y desde todo el mundo los mensajes favorecían la defensa de nuestra soberanía, que finalmente resultó reforzada.
Espìritu nacional y soberano que dìa a dìa viene consolidàndose, gracias a la voluntad y el deseo de un pueblo que apuesta a un futuro mejor para todos y que sòlo enarbola la celeste y blanca.