viernes, 10 de diciembre de 2010

EN ESTE DIA



“La memoria y la libertad deben ser ejercicios cotidianos de todos para evitar un nuevo holocausto y violaciones a los derechos humanos” (CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER)

Imposible imaginar separados la pràctica democràtica y el ejercicio de los derechos humanos. Asì pareciò entenderlo la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando el 10 de diciembre de 1948, proclamò la Declaraciòn Universal de los DDHH como uno de los mayores logros posteriores e inmediatos a la 2ª Guerra Mundial. Pero a los derechos sociales, civiles y polìticos se le han ido incorporando nuevos derechos vinculados a secuelas de las guerras: pobreza, hambre, destierro, persecución, aislamiento, todos cargados de prejuicios y variadas formas de discriminación, ya sea ètnica, de gènero, edad, religión, posición socio-econòmica, y que durante mucho tiempo, los gobiernos, los dirigentes polìticos y los ciudadanos comunes guardaron un silencio còmplice.
En nuestro paìs , estos nuevos derechos dejaron de ser meros enunciados cuando a partir de las 2 ùltimas gestiones nacionales, se demostraron señales claras del compromiso hacia ellos: derogación de las leyes del Punto Final y de Obediencia Debida, recuperaciòn de ex centros clandestinos de detenciòn y exterminio para convertirlos en museos de la memoria y centros culturales, descolgar cuadros de genocidas, reparaciòn històrica a vìctimas y familiares de desaparecidos durante la ùltima represiòn agilizando los juicios a las juntas militares que actuaron durante la dictadura, creación de la Comisiòn Nacional por el Derecho a la Identidad y el Archivo Nacional de datos genèticos son una prueba de la larga lista de tareas emprendidas.
Un Estado Nacional serà màs democràtico en cuanto estè comprometido en recuperar y brindar a la justicia archivos, testimonios, documentos e información relacionados con la violación de los DDHH, por ser el principal garante del respeto al ejercicio de las libertades fundamentales de todos los habitantes de un paìs; sin excluir nuevas formas de su vulneración, como la trata y explotaciòn sexual, el sometimiento a esclavitud y el maltrato a inmigrantes de paìses hermanos, el despojo y olvido de nuestros pueblos originarios, el abandono y la represiòn hacia vecinos que reclaman por viviendas dignas.
Como los datos de la realidad se imponen y a veces se adelantan a los tiempos polìticos, es imprescindible tener este tema en la agenda nacional para que la construcciòn democràtica cuanto màs participativa, amplìe todas las pràcticas de la vida ciudadana cotidiana, transmitiendo ejemplos de conductas de respeto y tolerancia en una sociedad como la actual, tan compleja, heterogènea y diversa. Celebremos estos 27 años de la democracia argentina recuperada en esta fecha de alcance universal!